Bajo todos los soles del Oriente
me pareció divisarte a lo lejos,
el viento soplaba sobre mi piel.
Estás ahí, elegante,
entre miles y miles de granos
de arena blanca, de arena loca.
Entonces me acerco lentamente,
sin contravenir mi destino.
Me has notado, me sonríes.
Aun si eres un espejismo a lo lejos,
dejanos que la noche me lo haga saber.
Aun si eres un espejismo,
a lo lejos,
deja que el perfume
se disipe.
Con las primeras luces de la mañana,
cuando el alba aún está indecisa,
entre los sueños y despertares...
Te busco al final de las caricias,
el desierto ha levantado su tienda,
el recuerdo es un delirio.
Aun si eres un espejismo a lo lejos,
dejanos que la noche me lo haga saber.
Aun si eres un espejismo,
a lo lejos,
deja que el perfume
se disipe.
Me voy de nuevo,
bajo las estrellas,
más soñadora que nunca,
mi sombra se desvanece
al recordar
nuestros velos.
Aun si eres un espejismo a lo lejos,
dejanos que la noche me lo haga saber.
Aun si eres un espejismo,
a lo lejos,
deja que el perfume
se disipe.
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